El pintor cubano Luis Enrique Camejo Vento volvió a hacer parada y fonda en A Laracha estos días, camino de Lisboa donde realiza una exposición de rango internacional. Se trata de una labor de un pintor contemporáneo, en cuyos trabajos la luz es la principal protagonista.
Es el elemento que compone y enmienda las atmósferas enrarecidas de sus paisajes, cuyas imágenes parecen ser, en la mayoría de los casos una relación especial con la estética del cine negro americano. Las labores que realiza por medio del dibujo diseña la anatomía de los espacios comunes, aunque la mancha a veces queda emancipada y se apodera del área pictórica. Camejo usa y abusa de trazos ligeros y curvos de los continuos chorreos, recursos premeditados para determinar la nitidez de las imágenes.
Sus ciudades creadas siempre son convulsas, no incitan al descanso, convidan a tener una vida nómada en la inmensa ”jungla” urbana. Se trata de un fiel ilustrador del hombre y su entorno, con lo que Camejo busca esboza imágenes de una ciudad, puede ser La Habanao o cualquier otra urbe, eso si, siempre cosmopolitas y plurales.
Luis Enrique Camejo Vento nació el 19 de enero de 1971 en la provincia de Pinar del Río. Estudió en la Escuela de Arte de su ciudad natal y luego en la Escuela Nacional de Arte de La Habana y culminó estudios en el Instituto Superior de Arte, donde fuera alumno de Pedro Pablo Oliva, otro de los artistas que prestigian el catálogo de Máxima Estudio-Taller. En el ISA ejerce de profesor de pintura desde 1996.
En su paso por la casa del anfitrión, la familia do Rei, de Paiosaco, aprovechó la estadía para esbozar el entorno, un hórreo gallego, y la típica eira anexa a la casa. El artista quedó sorprendido de la gastronomía gallega, y también aprovechó para llevar unas delicias de la confitería A Balsa.