Mariano Rajoy ha visitado este domingo uno de los mejores lugares del mundo para comer trucha, Oroso, en plena celebración de la fiesta gastronómica dedicada a ese pescado nutritivo y bajo en grasa, romería que desde 1996 exalta una tradición de la que el expresidente del Gobierno ya puede dar fe.
Una, dos y hasta tres ha probado en una terraza situada frente al consistorio local en la que se ha sentado junto al candidato local de su partido, Alexander Doval, con el que antes dio un calmado paseo por los puestos de artesanía, en compañía también de la secretaria general del PPdeG, Paula Prado, y de la conselleira de Política Social, Fabiola García.
Rajoy pidió un agua, como también sus acompañantes. Recogió de buena gana una pulsera solidaria que le entregaron y guardó un ejemplar de un periódico (De Zero) que le ofrecieron para que leyese "si se aburría".
No se atrevió a probar con los juegos tradicionales exhibidos en la plaza del ayuntamiento (mucho menos con los zancos) y tampoco meneó su cuerpo cuando en su recorrido por la feria empezó a sonar 'Moviendo la cadera, a la derecha, a la izquierda, ahora sí'.
Como en la víspera en Vigo y Pontevedra, son muchas las fotos que le han pedido -también los feriantes, que le rogaron ayuda-; los saludos que ha recibido y los abrazos que de nuevo ha correspondido.
"Estás hecho un chaval", ha vuelto a escuchar, cumplido ante el que ha reaccionado con una generosa sonrisa.
En su caminata se ha detenido en casi todos los puestos, menos, aunque solamente sea algo casual, en uno presentado como 'Alma Cándida'.
A un grupo de jóvenes que le dedicó cánticos desde su llegada, como "Mariano paga una ronda, Mariano paga una vuelta", les obsequió el partido con unas cañas.
Al final estos muchachos le dieron las gracias por la invitación. El presidente de honor del PPdeG les contestó: "¡Estuve a punto de mandaros un café con leche y un cruasán, que era lo que entraba!".