La Costa da Morte llega este domingo al final de una Semana Santa deslucida por la lluvia, que obligó a cancelar varias procesiones del Jueves y del Viernes Santo, en tanto que dio alguna tregua que permitió salir a otros pasos. Con paraguas y mirando al cielo, los fieles acudieron a los actos litúrgicos, cargados de devoción y solemnidad.  

Uno de los que pudo salir en la noche del Viernes Santo fue el paso del Rosario da Boa Morte de Laxe. Hizo viento, pero las nubes aguantaron, permitiendo a los fieles disfrutar de una procesión llena de sentimiento, simbolismo e identidad propia.

En Fisterra hubo suerte desigual. Se quedaron sin poder salir las procesiones del Jueves Santo, pero vecinos y visitantes sí pudieron disfrutar el Viernes Santo del paso matutino del Divino Nazareno, aunque con susto incluido, ya que la imagen sufrió una caída a pocos metros de llegar al templo. La talla resultó dañada en cuatro dedos de una mano y en un pie. La cofradía anunció que va a restaurar la imagen lo antes posible en un taller de Santiago y “para ello pondremos todos los medios a nuestro alcance”. También se pudo llevar a cabo el Santo Encontro, en una jornada en la que la salida del sol se alternó con la lluvia en varios tramos de la procesión, especialmente en su recta final. 

Ya por la tarde, el Desencravo, que tiene como escenario la iglesia de Santa María das Areas, fue otro de los puntos de interés de la jornada. No obstante, hubo que suspender la procesión del Santo Enterro, que cada años se realiza a continuación del Desencravo, ante la intensidad de la lluvia.

Otra de las procesiones que no pudo salir en la mañana del Viernes Santo fue la del Santo Encontro de Vimianzo, si bien se llevó a cabo dentro de la propia iglesia. Carballo también se quedó sin su principal atractivo de Semana Santa, la solemne procesión de Viernes Santo, debido a la intensidad de la lluvia. Las cinco cofradías siguieron los actos bajo cubierto, en la iglesia parroquial, donde actuó la Banda Municipal del Conservatorio carballés. 

A su vez, Malpica sí sacó a su Cristo en procesión por las calles de la localidad, bajo la lluvia, tras los actos litúrgicos en la iglesia parroquial.