El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado el inicio del Pleno del Congreso sobre el espionaje con Pegasus para cargar contra los "escándalos de corrupción", criticando su "gula para apropiarse del dinero público" y la creación de "policías paralelas", en alusión a los casos Gürtel y Kitchen.
Sánchez comparece este jueves en el Congreso a petición de varios grupos para dar cuenta sobre el espionaje político con el sistema Pegasus, que ha provocado una crisis con sus socios de Gobierno de Unidas Podemos y con socios parlamentarios como ERC, pero ha iniciado su intervención recordando que la próxima semana se cumplirán cuatro años de la moción de censura que puso fin al Gobierno del PP.
"La opinión pública española asistía entre atónita e indignada a una cascada interminable de escándalos de corrupción de sus gobernantes, que con una mano recortaban y con otra cobraban sueldos en B", ha dicho.
En su opinión, a la "corrupción financiera que representa el caso Gürtel" y la "instrumentalización" de las fuerzas y cuerpos de seguridad del caso Kitchen se suma la "corrupción democrática" del PP que, según ha denunciado, consiste en "no aceptar los resultados electorales y en descalificar como ilegítimo cualquier gobierno que no sea el suyo".
Cuatro años después de la moción de censura, Sánchez ha comentado que la corrupción "ha desaparecido entre las principales preocupaciones de los ciudadanos", pero ha advertido de que "ello no significa que la corrupción no pueda regresar porque el partido que fue condenado por esa corrupción sigue mirando hacia otro lado".
"Y cuando entre sus filas aparece algún dirigente, no mencionaré quién, que denuncia un presunto caso de corrupción, el partido reacciona vigorosamente pero no para atacar la corrupción sino para atacar y desalojar a su dirigente", ha señalado en referencia a Pablo Casado.
Como contraste, ha subrayado que en su Gobierno "no hay gula para apropiarse del dinero público, no hay permiso para crear policías paralelas que persigan a partidos rivales y se defiende la Constitución con los métodos que autoriza la Constitución y sin saltarse la Constitución".
En su intervención también ha acusado al PP de hacer la oposición "más furibunda" cuando no gobierna y de crear "crispación política".
Además, ha comentado que cuando gobierna la derecha si el nacionalismo vasco y el catalán contribuyen a la gobernabilidad de España "se convierten en partidos de Estado" pero "si ese mismo nacionalismo apoya a un gobierno progresista, la izquierda española es descalificada y acusada como vendepatrias".