Hace mucho que el Londres industrial de las factorías y el hollín es solo un capítulo en los libros de Historia, pero sus símbolos que aún perduran se reinventan al calor de los tiempos, como ha hecho la legendaria central eléctrica de Battersea al convertirse ahora en santuario del ocio y el consumo.
El edificio con las cuatro chimeneas más famosas del Reino Unido -inmortalizado por la banda Pink Floyd en la portada de su disco "Animals" (1977)- abrirá el próximo 14 de octubre al público como un espacio en el que se mezclan un macrocentro comercial, oficinas de empresas y hasta apartamentos de lujo.
Una de las paradojas que adornan la historia de Battersea es que la central ha pasado casi tanto tiempo languideciendo sin uso, con su presencia como un mero recordatorio de otras épocas, como el que funcionó para proporcionar electricidad a la capital británica.
La primera parte de la estructura comenzó a construirse en 1929, aunque los trabajos no culminaron hasta mediados del siglo XX. Tras llegar a dar energía a una quinta parte de Londres, incluidos el Palacio de Buckingham y el Parlamento de Westminster, cerró en 1983 por su inadecuada producción y altos costes.
Aunque sus dueños quisieron tirarla abajo para construir viviendas, la estructura estaba protegida como edificio de interés especial, así que pronto fue pasto de las malas hierbas y el abandono.
Hace dos décadas, otra icónica central de carbón a orillas del Támesis, Bankside, fue reconvertida por los arquitectos Herzog y De Meuron en el museo Tate Modern. Hoy la sociedad parece tomar otros derroteros.
Battersea luce ahora como epicentro de uno de los nuevos desarrollos urbanos más vibrantes de Londres. En torno a la central se ha levantado un barrio de viviendas y oficinas, bien conectados con el resto de la ciudad gracias a una nueva estación de metro.
En una visita antes de su inauguración para un reducido grupo de medios, entre ellos EFE, el consejero delegado de la compañía que ha desarrollado el proyecto (BPSDC), Simon Murphy, explicó que un consorcio de compañías malasias, liderado por PNB, compró el lugar en 2012.
Solo unos meses después ya se habían vendido los primeros apartamentos del barrio, que se extiende a lo largo de 170.000 metros cuadrados del suroeste de la ciudad y donde vivirán o trabajarán hasta 25.000 personas.
En el mismo interior de la central habrá 254 apartamentos y 110 comercios minoristas, mientras que se espera que las oficinas, entre las cuales se instalará Apple, alberguen a unos 5.000 empleados. Cifras monstruosas para un complejo de unas dimensiones difíciles de imaginar.
Pese a toda la expectación, la apertura llega en un momento en que el Reino Unido se enfrenta a una recesión y a grandes dudas sobre su economía.
"No somos ciegos ante el hecho de que estamos en un momento difícil, pero debemos ocuparnos de las cosas que están bajo nuestro control", dijo Murphy.
Battersea es un regalo para cualquier enamorado de la arquitectura industrial y el equipo encargado de restaurarla ha tenido una especial precaución con ello.
Las dos salas de turbinas, que albergan a las tiendas y restaurantes, impactan por su tamaño y por cómo han conservado el aroma de la construcción original.
"Era un desafío restaurar un edificio industrial. Cada dos semanas nos reuníamos con el comité de protección del patrimonio para hacer un seguimiento, han estado implicados en todo el proceso", señaló el arquitecto Sebastien Ricard, del estudio WilkinsonEyre.
Detalles aparentemente nimios, como encontrar las doce mezclas correctas de ladrillos, tuvieron que ser tenidos en cuenta para culminar lo que Ricard considera "un modelo para la restauración sostenible de edificios industriales".
Como atracción adicional, Battersea ofrecerá a los visitantes -previo pago de entrada- poder subir en un ascensor de cristal por una de las chimeneas hasta disfrutar, a 109 metros de altura, de una vista asombrosa de la ciudad.
Un "festival de la energía", celebrado durante dos fines de semana, lanzará la apertura de Battersea, para cuya inauguración se cuenta con la presencia de algunos de los operarios que trabajaron en la antigua central térmica.
Quizá ya hayan visto que de sus chimeneas ya no sale humo, sino dos haces de luz fluorescente sobre el firmamento: se trata de dos sables láser de una reciente acción de Disney + para promocionar su nueva serie "Obi-Wan Kenobi".