El confinamiento por la pandemia de la covid-19 y la limitación de movimiento trajo consigo que muchas personas cambiasen sus hábitos de vida. Muchos de los espacios comunes de nuestros barrios podrían adaptarse para pasear y hacer deporte, ser accesibles a las personas con movilidad reducida y conseguir con ello que el comercio local sea una parte fundamental de la vida en estas zonas. Se trata de humanizar las ciudades, un lema que parece haber calado de lleno con la pandemia. Pero mucho antes de esto, en el año 2015, miles de alcaldes y alcaldesas de ciudades de todo el mundo se reunieron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París (COP 21).
En ella, hicieron una puesta en común de los retos futuros a los que se enfrentaban y cómo podríamos hacerles frente. Encabezados por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se comprometieron a adoptar lo que a día de hoy conocemos como el modelo de los 15 minutos. Este modelo estipula que todas nuestras necesidades básicas - ir al trabajo, al colegio, o acceder a los servicios básicos- deben satisfacerse en menos de 15 minutos a pie desde nuestro hogar.
Desde el 1 de enero, los ayuntamientos de entre 20.000 y 50.000 habitantes que no cumplan con unos mínimos de calidad tienen la obligación de contar con Zonas de Bajas Emisiones, zonas urbanas donde se regula el acceso de vehículos motorizados.
En Galicia, con diferentes intensidades y ritmos, las ciudades tratan de adaptarse a esta normativa y a esta nueva tendencia a nivel urbano. A Coruña cuenta ya con dos Zonas de Bajas Emisiones: en la Marina y en la Ciudad Vieja. Pontevedra –que es un referente internacional en cuanto a ciudades sostenibles– ya declaró el pasado octubre zona de tráfico reducido en todo el centro urbano, cumpliendo así con la legislación vigente. Ferrol, por su parte, no contará por el momento con Zonas de Bajas Emisiones, pero está llevando a cabo otras iniciativas para humanizar la ciudad, como la peatonalización de vías. En Vigo, al igual que sucedió en Ourense, la puesta en marcha de las zonas de bajas emisiones tendrá que retrasarse por la ausencia de dispositivos que regulen la entrada de los vehículos.
También se están realizando acciones para fomentar el transporte público, con un doble objetivo: reducir las emisiones y amortiguar el golpe que ha supuesto para muchas personas la subida de precios derivada de la guerra en Ucrania.
En este 2023 la Xunta mantiene el descuento del 50% en los autobuses autonómicos, en el transporte de la ría de Vigo, en el tren en el área de Ferrol y también, los servicios de transporte urbano de Ferrol y Pontevedra, ciudades donde este transporte se presta a través de las concesiones autonómicas. La Xunta viene aplicando desde el pasado 1 de septiembre la máxima bonificación en el transporte público de titularidad autonómica, incrementando en un 20% la ayuda estatal que el Gobierno de España fijó en un 30%.
El Concello da Coruña avanza en los trabajos de humanización del paseo marítimo, concretamente en el tramo entre el dique de abrigo y San Amaro. Estos servirá para renovar casi 1.500 metros del paseo: se sustituirá el firme, enterrando los carriles del tranvía; se actualizará la infraestructura del carril bici, con nuevas dimensiones de 2,5 metros y nuevo pavimento; el carril para correr, será bidireccional y contará con dos metros de ancho. Además, el nuevo paseo contará con nuevas zonas verdes.
El Concello de Vilagarcía también ha decidido realizar actuaciones en materia de humanización. Se trata, en este caso, de transformar la calle Arcebispo Lago en un área peatonal que comunicará la plaza de Galicia y A Mariña con el entorno de la plaza de abastos. El tráfico se elimina de toda la calle, salvo para aquellos vehículos que tengan que acudir a garajes o para los trabajos de carga y descarga. El agua pasa a tener un papel predominante: se busca hacer referencia a las antiguas marismas que existían en la zona. Para ello, se crearán láminas de agua que incluirán vegetación propia de los humedales.