El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves subir sus tipos de interés en medio punto porcentual, hasta el 0,50 %, primera subida desde hace once años, y aprobar un nuevo instrumento ilimitado que le permite frenar las primas de riesgos de algunos países comprando su deuda soberana.
El BCE quiere parar la inflación de la zona del euro, que se disparó en junio hasta el 8,6 %, y para ello necesita subir los tipos de interés pero, incluso, antes de comenzar a subir el precio del dinero, sólo con decir que iba a hacer, ya se estaban disparando las primas de riesgo de los países más endeudados, especialmente.
Especialmente de Italia, que atraviesa una nueva crisis política, nuevas elecciones y podría peligrar el desembolso de los fondos europeos de Next Generation.
Este nuevo instrumento, que se llama Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI), da al BCE más tranquilidad para subir los tipos de interés más rápidamente para frenar la inflación, que es su gran preocupación porque es más persistente de lo que esperaba, sin el riesgo de que se disparen las primas de riesgo de los países de la periferia.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo en una rueda de prensa en la sede central del BCE en Fráncfort que la decisión de aprobar este instrumento que frene los diferenciales injustificados se aprobó por unanimidad.
LA ZONA DEL EURO SALE DE LOS TIPOS NEGATIVOS
El BCE también incrementa en 50 puntos básicos la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 0,75 %, y la facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, hasta el 0 %.
Se trata de la primera subida de los tipos de interés desde julio de 2011 y se tomó casi por unanimidad.
Los tipos de interés del BCE han estado en el 0 % desde mediados de marzo de 2016 y la tasa de la facilidad de depósito ha sido negativa desde mediados de junio de 2014.
La presidenta del BCE añadió que en las próximas reuniones serán necesarias más subidas de los tipos de interés que dependerán de los datos de inflación.
Lo que hagan en septiembre dependerá de los datos de las nuevas proyecciones de inflación y crecimiento.
"Estamos acelerando la salida" de una política monetaria muy expansiva y salir de los tipos de interés negativos "permite hacer una transición" a una toma de decisiones sobre los tipos de interés en cada reunión, según Lagarde.
EL BCE NO ESPECIFICA EL UMBRAL DEL DOLOR
El TPI, en el que el BCE trabaja desde hace siete meses, asegurará que no se disparan las primas de riesgo en Europa del sur mientras el BCE suba sus tipos de interés.
El BCE será el encargado en activarlo, por mayoría absoluta, aunque no ha dicho a partir de qué tasa de interés, cuál es el interés máximo al que se llegará a refinanciar un país del euro.
Sólo que hay una serie de criterios, uno de ellos es que la deuda del país se sostenible según la valoración de la Comisión Europea (CE), del Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque también hay criterios cualitativos.
Se tratará de una intervención a corto plazo, sin límite y muy limitada en el tiempo para contrarrestar la subida muy fuerte en los mercados de los tipos de interés a los que se financia un país.
"El volumen de las compras en el marco del TPI dependerá de la gravedad de los riesgos para la transmisión de la política", dijo el BCE.
Por ello el BCE no ha establecido restricciones ex ante para las compras de deuda.
Para frenar la subida de las primas de riesgo de los países periféricos el BCE reinvierte desde el 1 de julio los bonos que compró durante la pandemia y que vencen de forma flexible.
Pero esta medida no es suficiente en caso de que se produzca una crisis mayor como ocurre ahora en Italia y por ello el BCE ha aprobado este nuevo instrumento para frenar la especulación en los mercados.