Consciente de lo importante que era empezar el año con un victori para no perder la comba con el Barça, que había ganado su partido ante el Capital del VI, el Deportivo Liceo salió con ganas de demostrar de lo que era capaz. Enfrente, estaba un Lleida que todavía tenía alguna posibilidad para clasificarse a la Copa del Rey.

El encuentro comenzó con el Liceo dominando la bola, y asfixiando el ataque catalán. Los visitantes no eran capaces de detener la ofensiva liceista que, a los seis minutos de partido, ya había dispuesto de su ocasión más clara, un disparo al poste de Dava Torres.

Para detener la sangría defensiva, Albert Folguera solicitó un tiempo muerto. Sin embargo, el efecto del mismo fue el contrario, pues después de reanudarse, el Liceo se adelantaría en el marcador. César Carballeira, el gran pilar defensivo del equipo, robó la bola y salió lanzando al contraataque. El coruñés rodeó la portería en busca de un apoyo y lo encontró en Dava que, sin dudarlo y picando la bola a la media vuelta, conectó un certero disparo que se coló en la portería del Lleida.

Festival de goles

Con el gol del capitán liceísta pareció que se abrió la lata de los goles, puesto que al minuto siguiente, otra recuperación, este vez de Canal, desencadenaría en un penalti que se encargaría de transformarlo César. 

Este tanto parecía todo encarrilado, pero el Lleida, con polémica de por medio, recortaría distancias gracias a Folguera. Acto seguido, el conjunto catalán estuvo a punto de igualar el encuentro por medio de una falta directa pero apareció la figura de Martí Serra y detuvo el lanzamiento.

Con el Lleida crecido, el Liceo se tuvo que esforzar más en los dos lados. Con todo, ese esfuerzo dio su recompensa pues en una gran jugada de Àlex Rodríguez, envió un balón medido al segundo palo para que Bruno di Benedetto anotase.

Tras este nuevo tanto, llegaría un nuevo penalti a favor del Liceo y nuevamente César se encargaría de transformarlo. SIn embargo, como ocurrió tras el 2-0, el gol despertó al equipo de Albert Folguera y a falta de 30 segundos, Paiva recortaría distancias con un disparo lejano.

Un partido más trabado

A la vuelta de los vestuarios, el partido volvió con un ritmo mucho más lento y con menos ocasiones. Aún así, al contrario de su salida en la primera mitad, el Lleida intentó proponer más puesto que necesitaban recortar cuanto antes.

Sin embargo, el Liceo no iba a dejar ningún hueco en su defensa para desesperación del conjunto catalán. Fruto de esto, intentaron aumentar la intensidad de su juego para ver si podían descentrarlos. Con todo, esta táctica tampoco funcionó y el tiempo seguía pasando, mientras el marcador seguía igual.

En medio de estos ataques, el Lleida cometería su décima falta, que para la afición liceista merecía la azul. Álex sería el encargado de fallarla pero fallaría su lanzamiento. Sin embargo, el rechace le caería a él y anotaría pero los árbitros consideraron que no entró y anularon el gol.

No obstante, a falta de dos minutos para el final, el jugador liceista tendría otra oportunidad con una nueva falta directa. En esta ocasión no perdonó y puso el 5-2 definitivo.