Cee huele a fiesta, con el sonido de las atracciones y la música de bandas y orquestas a punto de comenzar. Así comenzaba la alcaldesa, Margot Lamela, su discurso antes de tomar la palabra el pregonero, el párroco Manuel Antonio Couceiro Cachaldora, también conocido como “o cura dos fulares” y presidente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico.
“Sei que dicir que as festas da Xunqueira son as mellores é algo moi categórico, pero este sentimento de orgullo ceense non me deixa de latir á hora de facer valoracións”, subrayó la regidora. “Sentimento e orgullo” son dos palabras que definen las fiestas ceenses -que el año pasado estrenaban la Virgen coronada- y esto fue lo que llevó a Lamela a nombrar al pregonero. “Persoeiro significativo que brilla con luz propia” y que “leva impreso ese sentimento de arraigo con Cee”, destacó.
Un sentimiento que surgió hace muchos años, siendo Cee el primer destino del sacerdote, y por el que guarda un profundo arraigo. Cosas del destino, actualmente atiende la parroquia de Xunqueira, en Vilagarcía de Arousa, entre otras. El pregonero también aludió a ese sentimiento de amor y orgullo por Cee en su discurso, agradeciendo a la alcaldesa que le brindase esa oportunidad y se deshizo en elogios hacia ella. Manuel Couceiro recordó su llegada a la villa da Xunqueira en el año 1993 contando alguna anécdota de su estancia y con palabras de agradecimiento para todos los vecinos, en especial para el párroco Manuel Vázquez Formoso.
El párroco subrayó que en su día fue acogido como un hijo más en la Fonda Victoria y aludió a los valores de altruismo y generosidad, algo tan poco habitual en la sociedad actual. En estos tiempos de “yo mi me conmigo”, tal como indicó en su discurso. Manuel Coucieiro abogó por acentuar los valores de amistad, tolerancia, aprecio, humor y amor. Porque el mundo tiene que hacerse cambiar “desde abajo”, porque ni el G-20, ni la ONU, ni los "discursos bonitos de este Papa", ni los enredos de Puigdemont lo harán, precisó.