Alquilar un piso en Carballo se está convirtiendo en una verdadera odisea, no solo por la escasa oferta sino por lo elevado de los precios, que ya alcanzan máximos de 900 euros al mes, lo mismo que, por ejemplo, cuesta un alquiler en A Coruña.
Si a principios de año la media de la renta por un piso de tres habitaciones era de 500 euros, ahora esta media supera los 600 euros. Así se desprende de los datos recabados de las principales web del sector, Fotocasa, Idealista y Habictalia y de las principales inmobiliarias de la capital de Bergantiños. La escasez de oferta y la alta demanda es la principal razón de esta tendencia alcista. En cualquier de los mencionados portales especializados, la oferta de pisos en la capital bergantiñana no supera la quincena y ya en las propias inmobiliarias la oferta disponible es aún más escasa.
Pese a lo elevado de los precios, hay mucha rotación, ya que son muy escasos los pisos que duran más de un mes disponibles, especialmente los que están por debajo de 400 euros. De hecho, ahora mismo en Carballo por menos de este precio solo hay un apartamento en un entresuelo sin muebles de una habitación por el que cobran 380 euros al mes.
Lo cierto es que por más que el alquiler de viviendas se ha convertido en todo un negocio lucrativo en Carballo –tanto que después de la pandemia edificios enteros se han reformado para dedicarlos al alquiler e, incluso, se han transformado bajos con este mismo propósito–, la oferta no es suficiente, lo que lleva a los propietarios a pedir sumas imposibles para muchos bolsillos.
“Encontrar algo para alquilar en Carballo es imposible. Pasé varios meses alquilado en una habitación y hace poco encontré un apartamento de una habitación por el que pago 400 euros al mes. Es muy complicado, todo está muy caro”, comenta Jesús, que se mudó al municipio carballés hace dos años por trabajo.
María, que lleva meses intentando mudarse a Carballo para estar más cerca de su trabajo debido a las limitaciones del transporte público también se queja por la situación. Ya no solo destaca los elevados precios, “casi inaccesibles para una persona que gane poco más del sueldo mínimo”, sino por las trabas que ponen los arrendadores. Por ejemplo, en algunos de los pocos pisos disponibles que hay en el municipio, exigen una nómina mínima de 1.500 euros mensuales, más dos meses de fianza y en seguro de impago. A estos precios se añade que prácticamente en ninguna vivienda aceptan mascotas, lo que limita aún más la oferta residencial para ciertas personas.
Asimismo, el ‘boom’ de los pisos turísticos también ha provocado que en Carballo comiencen a proliferar los alquileres de temporada, de septiembre a junio, lo que no da estabilidad. Es una situación que desde hace varios años es bastante común en los municipios costeros como Malpica y que ahora empieza a aplicarse en Carballo donde los alquileres eran hasta hace poco, en su totalidad, para largas temporadas. A pesar de esta restricción, tampoco son baratos: 500 euros al mes por un bajo sin muebles de 50 metros cuadrados.
El alza de los precios no solo afecta a Carballo, sino a todos los municipios de más de 30.000 habitantes y que están cerca de las principales ciudades. En Arteixo, la media del alquiler de un piso de tres habitaciones están entorno a los 800 euros, mientras que en Ames los alquileres son similares a la media carballesa de 600 euros mensuales.