Carballo, al igual que la mayoría de las localidades de la Costa da Morte, arde esta tarde noche por los cuatro costados. Con más de 700 cachelas privadas distribuidas por el municipio, la noche meiga del San Xoán sirvió para quemar todos los males y dejar atrás los más de dos años duros de pandemia que privó de estos encuentros. Así lo reconocían muchos vecinos a la hora de cumplir con el ritual de saltar las hogueras para espantar los malos augurios, que en esta ocasión se hacía más importante que nunca.
Y aunque se retomaban los encuentros de la noche mágica en toda la zona, con las tradicionales sardiñadas y churrascadas en familia y entre amigos, en Carballo llamó la atención la escasa participación en el concurso, con solo cuatro cachelas (una se cayó a última hora), mucho menos elaboradas que en otras ocasiones, y con la guerra de Ucrania colándose entre los temas. En la residencia de mayores destacaba una paloma blanca con “Noite meiga pola paz”; en la calle Río Anllóns bajo el título de “Cámara e acción” recrearon un escenario de Hollywood; en las calles Begonias y Rosas competían con la “Macro Cachela” y en Vivente (Ardaña) optaron por su “Tanque ruso”.
El primer premio fue para "Cámara e acción"; el segundo para el "Tranque ruso" y el tercero para "Noite meiga pola paz". "Macro cachela" se conformó con una ayuda por participar.