Un hombre acusado de intentar matar supuestamente a su pareja en Carballo ha alegado que aquel día ambos discutieron y acabaron con una pelea a golpes todo bajo los efectos del alcohol, mientras que ha negado la situación de control y prohibiciones relatada por la víctima.
El acusado intervino este lunes ante la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña en la segunda sesión de la vista oral por un supuesto intento de asesinato cometido en Carballo el 30 de mayo de 2022, por el que la acusación particular pide 17 años de cárcel, la Fiscalía reclama 13 y la defensa solicita uno por lesiones agravadas.
En la primera sesión del juicio, el 8 de enero, la víctima relató una situación de control y de prohibiciones por parte del acusado, de quien dijo que aparecía por sorpresa cuando ella hacía vida social, si bien reconoció que no recordaba la agresión.
Él, sin embargo, ha mantenido que aquel día habían quedado con otra pareja y fue ella quien "se empeñó" en que bajase, en una jornada que se prolongó hasta la madrugada mientras ambos consumían alcohol.
Al ir a buscar el coche, discutieron y el enfrentamiento continuó dentro del coche cuando, según su versión, ella le dio "un guantazo en la cara".
"Empezamos a darnos golpes. Yo llevo golpes y después yo le doy golpes (...) creo que en un determinado momento yo doy más golpes que ella, seguramente, y ella abre la puerta del coche y se tira. Claro que le pegué, no voy a decir que no le pegué", ha argumentado.
Tras esto, él se bajó del coche y le propinó otras dos patadas en la zona baja de la espalda: "Nada más, lo juro por Dios", ha proseguido en un relato que terminó con él en A Coruña para entregarse a la Guardia Civil ya por la mañana.
Sobre su relación ha asegurado que él asumía que su pareja tenía mucha vida social, si bien ha reconocido problemas que ha vinculado con el consumo de alcohol de ella: "Era un tema que se trataba bien, que se hablaba", ha añadido.
Las forenses han apuntado a que la víctima sufrió lesiones neurológicas y secuelas, con múltiples golpes en la cabeza, alguno de los cuales "parece que obedecen más a una patada" que a los manotazos o puñetazos a los que apunta el acusado.
Han aclarado, además, que eran lesiones graves, pero no "mortales de necesidad", pues se curaron con un tratamiento conservador y sin necesidad de cirugía.