El Berro Seco volvía a resonar este martes 1 de agosto en la romería de San Fins, en Cabana de Bergantiños. Aunque la lluvia amenazó con empañar una de las fiestas más populares de la comarca, finalmente aguantó y los fieles pudieron cumplir el rito una vez más.
“Que bote San Fins, que bote San Fins...”, gritaban desde el campo los romeros antes de que el párroco dirigiese el Berro Seco. “Abaixo, arriba” y un grito sonoro, y así se repitió tres veces, tal como manda la tradición instaurada en su día por Saturnino Cuíñas. Y luego, la celebración continuaba con la quema del Santo da Pólvora, una falla artesanal que empieza a arder mientras gira sin parar, otra de las señales de identidad de esta popular romería en la parroquia de Cesullas.
Antes de cumplir con estos ritos, el presidente de la comisión de fiestas quiso agradecer la enorme colaboración de los vecinos que hacen posible una fiesta como esta, además de invitar a todo el mundo a disfrutar de la jornada con sus meriendas en esta carballeira. Eso si, con “respeto” entre todos, advirtiendo de que en las meriendas está prohibido cualquier tipo de música de particulares, puesto que sólo está permitida la de los gaiteiros que animan la jornada.