Unos 300 bomberos de veinticuatro parques comarcales de Galicia se han manifestado este viernes ante la sede de la Diputación de A Coruña para exigir mejores condiciones laborales, en el marco de las movilizaciones que están llevando a cabo con motivo de la huelga que mantienen desde mediados de junio. 

Además, han hecho reiterados llamamientos a negociar a las administraciones implicadas, Xunta y diputaciones provinciales. 
 

Entre las peticiones del colectivo están un convenio colectivo a nivel autonómico, unificado para todas las provincias según su profesión; mayor dotación de medios técnicos y de recursos humanos, así como estabilidad en el empleo de acuerdo con la doctrina del Tribunal Supremo de enero de 2022. 

El presidente del comité de huelga, Ángel Moldes, ha hecho un nuevo llamado al diálogo a las administraciones, de las que ha asegurado no saben “nada” desde que anularon la reunión prevista para el pasado día 9. 

Entre otras cuestiones, ha denunciado que los salarios se sitúan en unos 1.200 euros al mes, sin que se recojan conceptos como la peligrosidad, y ha añadido que no hay “dotaciones seguras” al ser de media tres personas.

Dotaciones bajo mínimos

“No somos ni siquiera un binomio para rescatar a un compañero”, ha expuesto el presidente del comité de huelga, a la vez que ha lamentado el trato “como delincuentes” en la movilización, al ser identificados “uno por uno” por parte de la Policía. 

Otro bombero, Adrián Pena, de O Morrazo, ha explicado que lo que reclaman son mejoras para el servicio que realizan. “Económicas, sociales y más personal”, ha citado. 
 

En este último caso, ha reiterado que están “bajo mínimos, con dotaciones de tres personas por parque, que no da ni para cumplir”. 
 

En la misma línea, Jorge Esteban Gómez, del Consorcio Provincial de Pontevedra, ha denunciado la situación “desigual” respecto a otros bomberos como los de los ayuntamientos.

 “Estamos muy cortos de material, de personal y de salario, es una situación que arrastramos”, ha asegurado, para incidir en que son “20 años de hartazgo”. 

“No entendemos porqué los políticos no quieren resolver el problema, el diálogo implica hablar”, ha dicho al pedir una mesa de negociación