El presidente de Sogama, Javier Domínguez Lino, señaló este miércoles que si los concellos "hiciesen una buena recogida y separación de los residuos, podrían reducir el 50% del importe que pagan a Sogama”. Así lo indicó durante un encuentro con los medios de comunicación, que realizaron un recorrido por en el complejo medioambiental de Cerceda.
Domínguez señaló que Sogama tiene un desfase de 33 millones de euros anuales debido a los nuevos impuestos del Gobierno central al vertido y a la incineración, así como a la generación eléctrica y a la eliminación de los 18 millones de euros anuales de retribución a la planta termoeléctrica –que debería percibir hasta 2026–. La entidad asumió el sobrecoste en 2023 y lo hará en 2024, pero “no podemos hacer otro esfuerzo en 2025”. Por ello, en agosto se anunciaba la subida para 2025 del canon medio de 78 a 108 euros por tonelada. En todo caso, aseguró que, “a pesar de esta actualización”, el canon de Sogama “sigue siendo el más barato de Galicia”, por debajo de Nostián y Barbanza, “y de los más baratos de España”.
Si bien los impuestos al vertido y a la incineración emanan de una directiva europea, el responsable de Sogama critica la decisión del Estado de seguir adelante con la implementación, toda vez que “18 países de la UE no tienen implantado el impuesto a la incineración” y “cinco no tienen el impuesto al vertedero”. “Es un acuerdo que se llegó con Europa y hay países que han pedido una moratoria. Si lo han hecho 18 países, entiendo que España lo puede hacer”, ha apostillado.
Además de este panorama, ha recordado que en mayo de 2025 comenzará la obligación de que los municipios establezcan una tasa independiente con el coste de la basura, que incluya, además, recogida, tratamiento y actividades de sensibilización.
Por otro lado, Domínguez señaló que Sogama está “agilizando el plan estratégico” 2024-2030, con el objetivo de presentarlo entre finales de octubre y principios de noviembre. El presidente de Sogama dio a conocer las grandes líneas del nuevo Plan Estratégico, con cuatro pilares básicos, como son la transformación digital para ganar en eficiencia y eficacia, “apostando firmemente” por la inteligencia artificial y la robotización; la descarbonización de los procesos industriales, sustituyendo el uso de gas natural por un combustible renovable, potenciando al mismo tiempo el uso del ferrocarril para el transporte de residuos; la ampliación de la actividad de la compañía a la recuperación de nuevas fracciones de residuos, como es el caso del textil; y la plena incorporación de la economía circular a su cometido, pretendiendo evolucionar desde una empresa de tratamiento de residuos a una empresa generadora de recursos. A partir de 2025 se abrirá una fracción nueva de residuo textil, por lo que ya trabajan en una planta de clasificación para dar servicio a los municipios en este ámbito.
Domínguez Lino confía en que el nuevo itinerario a seguir permita hacer más con menos, ganar en autosuficiencia y ahorrar costes, y como ejemplo puso una de las primeras acciones contempladas en el plan, que ha sido la colocación de 3.332 paneles fotovoltaicos en los tejados del almacén de CDR (Combustible Derivados de los Residuos no reciclables), que cubren una superficie de 8.568 m2, y que apoyarán el autoconsumo del complejo industrial de Cerceda.