Marcos Waldemar | “Presento un show muy personal. Lo que el público verá no podrá verlo en ninguna otra parte”

El joven, que combina teatro, comedia y, sobre todo, magia en cada uno de sus espectáculos, actúa mañana en Vimianzo
Marcos Waldemar |  “Presento un show muy personal. Lo que el público verá no podrá verlo en ninguna otra parte”
Retrato del ilusionista y creador Marcos Waldemar | CEDIDA

El ilusionista gallego Marcos Waldemar presenta mañana su show ‘Inherente’ en el concello vimiancés. Un espectáculo muy personal en el que repasa de algún modo su aventura en la magia a través de la historia de su antecesor, el conde de Waldemar, un legendario mago que, desde Galicia, recorrió hasta 69 países de todo el mundo sorprendiendo a las Casas Reales con sus juegos de ilusionismo.

 

Vimianzo será testigo de una nueva de sus actuaciones. ¿Está preparando elementos especiales para este show en particular? 


Así es. Arrancamos la gira en O Barco de Valdeorras el pasado 14 de marzo, y Vimianzo es la segunda fecha. Un sitio especial, por supuesto. Para mañana preparo un inicio de show nuevo, que nunca he hecho antes y que voy a realizar por primera vez en Vimianzo. Este será un show en el que se podrá ver desde magia con cartas hasta mentalismo o magia con olores. Incluso, en algunos lugares, llega a nevar en todo el teatro. Se trata de un show muy personal donde el 99% de las magias son creadas por mí, y lo que el público verá es algo que no podrá ver en ninguna otra parte.

 
¿En qué momento se dio cuenta de que quería hacer de la magia tu carrera? ¿Cómo fue ese proceso?


Yo nací en una familia donde hubo un mago antes, el conde de Waldemar. A los 4 o 5 años yo ya escuchaba historias suyas, sus milagros, como que de repente transformaba un periódico en dinero, o que paraba el tráfico en el Golden Gate. Incluso también decían que se encendía un puro y empezaba a nevar en cualquier espacio en el que él estuviese. Así que yo desde pequeño ya jugaba a ser mago en mi casa. Nadie más era mago, ni mi padre ni mi abuelo. Y aunque estudié Ingeniería Industrial, la magia estuvo presente en mi vida en todo momento. No se dio la situación de que me sentara y dijese a mi familia “voy a ser mago”, sino que yo siempre fui haciendo magia hasta que hubo un momento en el que la vida me atropelló. Hubo un momento en el que seguramente tuve que tomar una decisión, pero no lo recuerdo como una decisión, sino como algo que fue surgiendo. 


Desde los 14 años empecé a crear magia para magos de todo el mundo, y a distribuirla con productoras de Estados Unidos, las más grandes de magia que había. Pero hubo un momento en el que hice una gira de dos meses y pico por EEUU en 2023. Ahí quedó claro que yo tenía que estar en el mundo de la magia. Así que, digamos que no fue una decisión, sino que la magia me eligió.

 

¿Cómo define su estilo personal y cómo lo integra en cada truco que presenta? 


Cuesta mucho definirse a uno mismo, pero es verdad que magos a los que admiro mucho la definen como una magia muy creativa, original, poética, y cuidadosamente pensada para sorprender. Yo me centro mucho más en que la gente sienta algo distinto, más que en el engaño. Para mí, la magia no es un truco sino un arte. Siento que es una vía para expresar cosas que no puedo expresar de ninguna otra manera.

 

El espectáculo de magia depende mucho de la relación que creas con el público. ¿Qué tipo de conexión busca con sus espectadores? 


La relación con el público es vital. La magia sin el público es un ensayo. Del mismo modo que el arte, si nadie lo puede percibir, no existe. He estado haciendo shows en un teatro con espacio para 35 personas, y ahora he decidido llevarlo a un espacio más grande, pero nunca para más de 600 personas porque, para mí, en torno a eso está el límite. Creo que la atmósfera que se crea en esos lugares es mayor. Puedes mirar a la cara a la gente, y para mí, es muy importante esa relación con el público. 


Los espectadores más escépticos, los que buscan el engaño, son los que se pierden la verdadera magia. Mi show no va de buscar la trampa, sino de entrar en una historia y de dejarse llevar en un viaje de emociones.

 
Si pudiera enseñar a una sola persona en el mundo su truco más secreto, ¿quién sería y por qué? 


En mi caso, siempre me ha gustado mucho rodearme de magos a los que admiro y poder enseñarles mis trucos para hacer que la magia crezca.


En mi carrera tuve muchos referentes, entre ellos, el mago Antón, que ha sido un padre para mí. Es un ejemplo y el maestro de casi todos los magos de Galicia, pero, a lo largo de mi historia, también me he fijado en otras figuras que me encantan. Desde Tamariz hasta Copperfield, Derren Brown o David Blaine. Me encantaría enseñarles un juego y cenar con cualquiera de ellos, con muchos ya lo he hecho.


Pero, si pudiese elegir a alguien, me encantaría poder tener una cena con el propio conde de Waldemar, a quien no he llegado a conocer en vida para poder enseñarle todo lo que estoy haciendo y todos los juegos en los que estoy trabajando. Creo que sería el sueño que nunca voy a poder cumplir. 

Marcos Waldemar | “Presento un show muy personal. Lo que el público verá no podrá verlo en ninguna otra parte”

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