Treinta alumnos de la Maison Familiale Rurale Fougerolles, un centro formativo emplazado en la región francesa de los Países del Loira, emprenden hoy viaje de regreso a tierras galas después de participar durante una semana en un intercambio educativo con sus homólogos de la EFA Fonteboa que cursan el Ciclo Formativo de Grado Medio de Producción Agropecuaria.
Fue una semana de lo más provechosa para unos y otros, ya que les permitió intercambiar información sobre las realidades de los sectores agrario y forestal de sus respectivos territorios, y comprobar la importancia que tiene en ambos la eficiente gestión de un recurso básico y limitado como el agua.
Las charlas en el aula se completaron con visitas a distintas explotaciones de la zona y a varios campos de cultivo, en los que pudieron comprobar cómo poco a poco la colza está ganando terreno en la comarca como fuente de proteína para alimentación animal, aunque como explica el profesor de la EFA Fonteboa, José Gil, a los estudiantes franceses lo que les sorprendió fue precisamente lo poco extendido que está aquí la colza, todo lo contrario de lo que ocurre en los Países del Loira.
Este choque de realidades, apunta el profesor, supuso un estímulo para los estudiantes locales al hacerles recapacitar sobre cómo se pueden aplicar a Galicia nuevos cultivos, más eficientes y que ayuden a conservar la estructura del suelo.
El miércoles realizaron una visita a Ponteceso analizando cómo se puede sacar valor añadido al agua en las zonas costeras. Y es que en la comarca de La Mayenne, de la que proceden los alumnos que esta semana estuvieron de intercambio en el centro formativo de Coristanco, hay bastantes problemas con el regadío por falta de agua.
Para la delegación francesa sería una sorpresa comprobar que en las distintas comarcas de la Costa da Morte no hay ese problema, si bien, apunta José Gil, en las zonas de Lugo y Ourense cada vez se está extendiendo más la práctica de regar los campos de maíz, con la consiguiente repercusión sobre los recursos hídricos.