El Bergantiños no pudo empezar el año con buen pie tras sufrir un nuevo traspiés en casa, esta vez ante un Guijuelo (2-3) que logró el tanto del triunfo en el minuto 83 y de penalti. Los carballeses son undécimos en un grupo tremendamente igualado, como evidencia el hecho de que estén a 3 puntos de distancia del playoff de ascenso y a 4 del descenso.
Para su técnico, Jorge Cuesta, la clave para dejar de mirar hacia abajo pasa necesariamente por “encadenar dos victorias consecutivas” y por corregir los errores individuales en las que están incurriendo con demasiada asiduidad, como les volvió a ocurrir el domingo ante el equipo salmantino.
“En la primera mitad no estuvimos bien, ni defendiendo ni interpretando debidamente lo que teníamos que hacer en cada momento. Pecamos de exceso de prisa por llegar a la portería contraria, lo que facilitó que ellos pudiesen correr y hacernos daño a campo abierto”, explica el técnico vigués. En la segunda parte las cosas cambiarían: “En ese período tuvimos el control casi siempre, llegamos por fuera y rematamos bastantes veces. La lástima fue no sumar al menos un punto, objetivo que teníamos bastante bien encarrilado cuando conseguimos el 2-2”, añade Cuesta. Lo impidió un nuevo fallo defensivo cuando, a falta de 7 minutos para el 90, el debutante Tiago– que hizo un buen partido– cometió un penalti por agarrar en el área a un contrario en un saque de esquina.
“Nos ocurrió lo de siempre, que incurrimos en un error o una imprudencia y pagamos por ello. Son errores individuales que cometen distintos jugadores, pero que tenemos que intentar corregir como sea”, señala el entrenador.
Para conseguirlo ”igual no podemos ser tan atrevidos, ni salir a presionar tanto a campo contrario porque propiciamos que nos generen opciones de uno contra uno y de ataque a campo abierto a través de las que nos generan bastantes ocasiones porque son situaciones que no dominamos demasiado bien”